"La pandemia de COVID-19 amenaza con desbordar los sistemas de salud pública y está teniendo efectos devastadores en todo el mundo en todas las esferas de la vida: la economía, la seguridad social, la educación y la producción de alimentos. Ya se han perdido decenas de miles de vidas, incluidas las de los médicos y enfermeras que proporcionan tratamiento médico de primera línea. Se han perdido puestos de trabajo y se han puesto en peligro los medios de subsistencia debido a las restricciones impuestas para frenar la transmisión del virus, como los "cierres". Las escuelas están cerradas en muchos países afectados, y la gente no puede reunirse para eventos culturales y comunitarios importantes, como servicios religiosos, bodas o funerales. Al comienzo de esta declaración, el Comité transmite su simpatía a todas las víctimas de la pandemia y a sus familias, así como a las comunidades más amplias de las que forman parte.

La pandemia tiene profundas repercusiones negativas en el disfrute de los derechos económicos, sociales y culturales, especialmente el derecho a la salud de los grupos más vulnerables. Como se explica más adelante, los Estados tienen la obligación de tomar medidas para prevenir, o al menos mitigar, estos impactos. Sin embargo, si los Estados no actúan dentro de un marco de derechos humanos, existe un claro riesgo de que las medidas adoptadas violen los derechos económicos, sociales y culturales y aumenten el sufrimiento de los grupos más marginados. Nadie debería quedarse atrás en la adopción de las medidas necesarias para combatir esta pandemia. 1] Estas circunstancias han llevado al Comité a emitir esta declaración para poner de relieve los impactos más importantes de esta pandemia sobre los derechos económicos, sociales y culturales y para hacer algunas recomendaciones a los Estados para combatir la pandemia de COVID-19 de manera coherente con sus obligaciones en virtud del Pacto."

Para ver la declaración completa, haga clic aquí: STM_COVID19